viernes, 9 de octubre de 2009

CONDENADO


La última vez. La postrera oportunidad. No habría más. No más. No más. Ni ulterioridades. Ni extremas urgencias marginales.
-¡Esto si es difícil!
-No es fácil. No es fácil. -replicó, el tallista y sugirió a continuación: -Haga otro intento, el último. No más.
Este es el último, volvió a pensar. Meditó. Contempló. Contemplación inútil. Meditación vana. Soltó el lápiz. Lo soltó. De sus huesudos dedos, lo soltó.
El picapedrero lo miró interrogante:
- ¿No lo va a escribir, entonces? -dijo algo molesto con el cincel en una mano y el mallo en la otra.
-No. No se me ocurre ningún epitafio para la lápida que me pondrá mañana.
 
Francisco Hernáन्देज़

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